El biocombustible, denominado G-H3, fue desarrollado por ARM Engineering, una empresa francesa de investigación y desarrollo del transporte. Se crea a través de un proceso llamado metanización de biomasa, que toma biomasa no alimentaria, como residuos de plantas y estiércol, y la convierte en combustible para generar electricidad para la batería de un automóvil. Es similar a los biocombustibles en los EE. UU., como el E85, que se compone de 85 por ciento de etanol a base de maíz y 15 por ciento de gasolina. Sin embargo, el G-H3 es notable porque no contiene combustibles fósiles y puede usarse para crear hidrógeno que luego alimenta el automóvil. Actualmente, solo hay un automóvil de hidrógeno disponible comercialmente: el Toyota Mirai, que utiliza gas hidrógeno como combustible.