Para prepararse en apoyo a residentes de Estados Unidos que cruzan a Juárez para conseguir medicamentos abortivos –ante las crecientes restricciones en Texas y a nivel nacional– colectivos feministas y acompañantes voluntarias han creado, desde hace años, redes de apoyo basadas en la sororidad.
Estas consisten en la donación –proveniente de mujeres– de misoprostol o cantidades de dinero que son “almacenadas” para futuros acompañamientos y comprar los recursos que sean necesarios.
“Cuando doy acompañamientos primero intento pedir donaciones. Y es algo muy bonito porque cuando necesito misoprostol para una mujer, regularmente las primeras que me ayudan son a las que ya he acompañado previamente. Incluso me mandan apoyos monetarios”, dijo una acompañante juarense que optó por omitir su nombre.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el misoprostol es un medicamento que no necesita receta en México. Se toma por vía oral para prevenir las úlceras gástricas o bien, interrumpir los embarazos tempranos con una efectividad del 80 al 95 por ciento.
Su costo fluctúa entre 500 y 800 pesos mexicanos –entre 25 y 40 dólares– en diferentes farmacias mexicanas.
“Se van tejiendo redes de apoyo de muchas mujeres que cooperamos y justo eso es de lo que se trata, de hacer que el aborto no sólo sea seguro, sino que sea algo accesible para aquellas que no tienen los recursos. Se trata de hacer una alternativa que el Estado nos está negando”.
La enfermera dijo que, regularmente, las redes de apoyo ya tienen “identificadas” algunas de las farmacias donde es más barato y seguro adquirir el medicamento tanto para mujeres de Ciudad Juárez como de El Paso.